De Wall Street a Main Street: Lecciones de gobierno corporativo para empresas familiares

JP Morgan Chase Tower en Dallas, Texas, febrero de 2013. (Joe Mabel / CC-BY-SA-3.0)

La ballena de Londres y los retos del gobierno corporativo

En 2012, JP Morgan Chase sufrió unas pérdidas comerciales de 6.200 millones de dólares derivadas de swaps de incumplimiento crediticio altamente especulativos gestionados por su Chief Investment Office (CIO).

En el centro del escándalo estaba el operador Bruno Iksil, apodado la «Ballena de Londres» por sus posiciones excesivas en el mercado. Inicialmente, estas operaciones estaban destinadas a cubrir riesgos, pero a medida que las posiciones se disparaban, se convirtieron en apuestas especulativas masivas. Las advertencias internas sobre estos riesgos crecientes fueron ignoradas y una supervisión ineficaz permitió que las pérdidas se descontrolaran. El incidente puso de manifiesto graves deficiencias en la gobernanza, la gestión de riesgos y la rendición de cuentas en una de las mayores instituciones financieras del mundo.

Aunque JP Morgan sobrevivió a la crisis, pagó más de 1.000 millones de dólares en multas y sufrió daños duraderos en su reputación. El incidente de London Whale sirve para recordar cómo la toma de decisiones sin control, la mala comunicación y una gobernanza inadecuada pueden causar estragos no solo en Wall Street, sino en todos los ámbitos de la empresa.

James Dimon, CEO de JP Morgan Chase en 2012. (Fotografiado en enero de 2013). (World Economic Forum / CC-BY-SA-2.0)

El incidente de la ballena de Londres ofrece valiosas lecciones para las empresas familiares y puede ayudar a mejorar sus estrategias de gobernanza y liderazgo garantizando una supervisión más sólida y estructuras más claras.

La visión del fundador

Al igual que la ambición de JP Morgan de revolucionar la banca moderna, las empresas familiares suelen comenzar con la visión y la pasión de un fundador. Imagínese esa pequeña panadería de la calle de abajo o esa nueva empresa tecnológica de la que todo el mundo habla. Todas ellas surgieron de la determinación de una persona por dejar huella.

John Pierpont Morgan, Fundador de JP Morgan Chase, en 1911.

En las primeras etapas, la simplicidad de las operaciones suele ocultar vulnerabilidades. Los fundadores, que actúan como estrategas y ejecutores, pueden tomar decisiones de manera rápida e informal. Sin embargo, a medida que la empresa crece, esta falta de estructura puede convertirse en un lastre. Al igual que los riesgos no controlados de JP Morgan condujeron al incidente de la Ballena de Londres, las empresas familiares sin marcos de gobernanza se enfrentan a importantes amenazas para su sostenibilidad a largo plazo.

Para ello, los fundadores deben centrarse en crear estructuras que equilibren el espíritu empresarial con prácticas de gestión sostenibles. Es esencial establecer procesos claros de toma de decisiones y dar prioridad a la rendición de cuentas. Por ejemplo, establecer revisiones del rendimiento y delimitar las funciones dentro de la organización puede evitar solapamientos e ineficiencias. La contratación de asesores o mentores externos también puede aportar una perspectiva objetiva, ayudando a los fundadores a identificar puntos ciegos y mitigar riesgos.

Los fundadores deben centrarse en crear estructuras que equilibren el espíritu empresarial con prácticas de gestión sostenibles.

Problemas de crecimiento

Para que una empresa familiar crezca y prospere, es esencial:

  • contratar nuevos talentos.

  • delegar responsabilidades.

  • establecer funciones especializadas.

Sin una estrategia clara, los cambios en la estructura de la empresa pueden dar lugar a prioridades desalineadas, ineficiencias y discordias internas. Este es un problema común, y muchas empresas luchan por adaptar sus procesos de toma de decisiones para dar cabida a un equipo más amplio y a operaciones más complejas.

Imaginemos una empresa familiar de construcción que pasa de pequeños proyectos locales a proyectos a gran escala. Al principio, la toma de decisiones se centraliza en el fundador, que supervisa directamente todos los proyectos. A medida que la empresa crece, este enfoque práctico se vuelve inmanejable. Se producen retrasos porque las decisiones clave se atascan en la cúpula y los gestores de proyectos carecen de autoridad para actuar con autonomía. Además, la ausencia de políticas claras provoca incoherencias en la comunicación con el cliente y la asignación de recursos, lo que pone a prueba tanto la eficacia operativa como la satisfacción del cliente.

Sin abordar estos retos, la empresa corre el riesgo de alejar a los clientes y sobrecargar a sus directivos, lo que amenaza tanto su reputación como su trayectoria de crecimiento.

Establecer la gobernanza

Para evitar estos escollos, las empresas familiares pueden inspirarse en las reformas de JP Morgan tras la crisis. Tras el escándalo de London Whale, el banco puso en marcha protocolos de gobernanza más estrictos que mejoraron la supervisión y la rendición de cuentas. Del mismo modo, las empresas familiares deben adoptar estructuras que integren prácticas de gestión profesionales respetando al mismo tiempo la dinámica familiar. Un sistema de gobierno bien organizado ayuda tanto a la familia como a la empresa, ya que aclara la toma de decisiones, apoya la misión de la empresa y refuerza la cultura familiar.

Un enfoque eficaz consiste en establecer sistemas de gobierno duales: uno para la empresa y otro para la familia. En el caso de la empresa, un consejo de administración compuesto por miembros de la familia y expertos independientes podría encargarse de la supervisión estratégica. En cuanto a la familia, un consejo familiar podría ocuparse de la dinámica personal, la planificación de la sucesión y los objetivos a largo plazo.

Pensemos en una empresa familiar de logística que se expande a mercados internacionales. Al principio, el fundador gestiona los contratos de manera informal, basándose en la confianza y las relaciones personales. Sin embargo, los informes incoherentes y las transacciones no supervisadas pronto provocaron pérdidas de ingresos. La implantación de un marco de gobernanza, que incluía auditorías financieras independientes y funciones definidas para los miembros de la familia, transformó la toma de decisiones y redujo los conflictos.

Lecciones aprendidas

El incidente de London Whale nos muestra la importancia de la previsión, la responsabilidad y la adaptabilidad en las empresas familiares. Los fundadores deben reconocer cuándo sus empresas han superado sus estructuras iniciales y aceptar el cambio, y los miembros de la familia deben priorizar la salud a largo plazo de la empresa sobre los intereses individuales.

Los fundadores deben reconocer cuándo sus empresas han superado sus estructuras iniciales y aceptar el cambio.

Por encima de todo, las prácticas de gobierno deben evolucionar para abordar tanto las complejidades del mercado como las relaciones familiares.

Tanto si dirigen una corporación global como una panadería familiar, los líderes comparten un objetivo común: asegurar el futuro sin perder de vista los valores que inspiraron su viaje.

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